Crítica sobre el fotoperiodísmo en Haití

Observando las múltiples fotografías de cadáveres y destrucción, encuentro una serie de momentos de verdadera angustia. Pero, a veces éste tipo de imágenes atentan contra la ética profesional que conlleva el periodismo responsable. Desafortunadamente la mayoría de las fotografías documentadas tratan de dramatizar con mayor intensidad la situación que viven los haitianos.
El problema principal no es demostrar la cruda realidad de aquel país, sino atentar contra la integridad de dichas personas. No es apropiado fotografiar a las personas muertas que sufrieron por los derrumbes de los edificios. Ante ésta situación me recuerda aquella historia del libro “El pintor de batallas”, quien fotografiaba en la guerra la destrucción, pero también el morbo de la muerte.
Si algo es cierto, es que la mayoría de las personas han superado sus expectativas de asombro llegando a los extremos de ver una irrealidad hollywoodense donde lo perverso reina ante las necesidades de un pueblo casi desaparecido. Es sin duda alguna toda una responsabilidad al capturar una fotografía. La cuestión final sería ¿qué quieres decir?, ¿cómo lo quieres decir? Y ¿con qué objetivo lo quieres hacer?